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Dolmen VI, 1973

Ángel Mateos Bernal nace en 1931 en Villavieja de Yeltes, Salamanca, en el seno de una familia de canteros-constructores, oficio en el que trabaja desde temprana edad y del que obtiene los conocimiento de su material identificativo: el hormigón. Inicia sus primeros contactos con escuela de arte de Sevilla y Madrid, pero la enseñanza academicista desilusiona al joven Mateos y pronto regresa a casa, para continuar su investigación fuera de todo ámbito académico.


A principios de los años 60 comienza a participar en concursos nacionales de escultura, en los que será premiado en varias ocasiones y donde va viendo recompensada su investigación artística. En estos años su escultura se va desprendiendo de forma rápida y progresiva de la figuración para adentrarse en la abstracción.


La década de los 70 estará marcada por una serie de esculturas llamadas Dólmenes y que Mateos llegará a realizar en gran formato como el Dolmen a la Libertad que dona a su Villavieja natal, el Dolmen VI instalado en Lumbrales, Salamanca, y la que supondrá un espaldarazo a su carrera: La Edad del Hormigón que se alza, con 12 m. de alto, en la autopista A-7 (Km, 37 Barcelona - Tarragona) tras ser premiado en el Concurso Internacional de Autopistas del Mediterráneo.


En estos años de actividad incesante y metódica desde su taller en Vitigudino, Ángel Mateos articula su ideario artístico: La Lógica de las Formas. A la vez que define su discurso, el artista se decide por un distanciamiento voluntario de los círculos artísticos de poder madrileños -"el ámbito en el que se mueve el artista, constituye un motivo intrínseco para la valoración de su arte" -.


En 1979 el Ministerio de Cultura le concede una Beca Nacional de Investigación de las Artes Plásticas, un reconocimiento a su trayectoria y aportación a al escultura.
Su relación con artistas constructivistas a lo largo de estos años se concreta en diversas colectivas en Barcelona, Madrid o Salamanca, en las que expone junto a Camín, Feliciano Hernández, Soledad Sevilla, Eusebio Sempere o Cruz Novillo entre otros.


La década de los 80 corresponde al momento de plena madurez creadora de Ángel Mateos; su obra se ha ido depurando hasta llegar a un constructivismo de estructuras primarias con un marcado carácter arquitectónico y monumental, rasgos que distinguen su obra.


En 1982 expone en Madrid su serie denominada Desplazamientos, que dará origen dos años más tarde, en septiembre de 1984, a la exposición Esculturas Flotantes sobre el Tormes - esculturas que, a partir de este año de 2009, quedan emplazadas en Morille -. Tras esta singular exposición en el río Tormes, Mateos sólo participará en el VIII Bienal de Zamora, seleccionado por Castilla y León, en la que el conjunto escultórico Menhires con el que participa, queda emplazado en la ciudad.


La década de los 90 representa en la trayectoria artística de Ángel Mateos, la búsqueda de un proyecto final que resuma y exprese su dedicación y tributo a su material, el hormigón. Así, en 1994 realiza a la entrada de su Villavieja natal, una de sus grandes y más queridas obras: Obelisco, que se alza con sus 25 metros en medio del paisaje de encina del campo charro salmantino. Unos años más tarde, en 1999, en conmemoración del IV Centenario de la Ciudad de Valladolid, se erige su escultura más importante - tanto por dimensiones como por complejidad técnica: 22 metros de alto con un nudo de 15 m. de vuelo.


Pero será en 2002 en Doñinos de Salamanca cuando culmina el que será su último gran proyecto, el Museo del Hormigón. Este museo, verdadera "cápsula del tiempo para viajar al futuro cargada con una vida dedicada a la escultura" será la última creación de Ángel Mateos, y donde se encuentra toda su obra. A partir de entonces Mateos, artista maldito por convicción - fuera de modas y mercados -, da por concluida su trayectoria artística.
Ya en su retiro, la Junta de Castilla y León reconoce su trayectoria profesional y su aportación al arte por "una obra independiente, de gran personalidad y fuerza expresiva" concediéndole el Premio Castilla y León de la Artes 2008. 

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Texto: Ángel Manuel Mateos

http://www.esculturaurbana.com/

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El dolmen VI, ubicado en la Plaza del Mercado, al que muchos identifican con la escultura de un águila
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El autor, Ángel Mateos, en una imagen retrospectiva
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